Según el último informe publicado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, nuestro país ocupa el segundo puesto en el consumo de medicamentos a nivel mundial, por detrás de Estados Unidos.
Sin ánimo de abarcar todas las posibles causas, sólo apuntaré dos:
Los laboratorios farmacéuticos deben negociar con el Ministerio de Sanidad la inclusión de sus productos en el Sistema Nacional de Salud, por ello es absolutamente necesario que ningún político en ejercicio ni sus familiares directos puedan participar en este tipo de sociedades mercantiles. En este campo la transparencia es más necesaria que en otros pues aquí la salud es lo que está en juego.
Además es lamentable y peligroso que el 90% de la formación médica continuada, esté a cargo de los laboratorios farmacéuticos y estos deban incurrir en gastos descomunales para promocionar sus nuevos medicamentos: viajes a congresos en lugares exóticos para dos personas, cenas de cinco tenedores, ordenadores… Al final todo este gasto repercute directamente en el bolsillo del ciudadano a la hora de pagar el precio del medicamento.Y ahora cabe preguntarse si el ciudadano está dispuesto a pagar tanta «investigación» y más teniendo en cuenta que los supuestos avances terapéuticos, en la mayoría de los casos, no son tales.